Mujeres con las que la Dictadura Cívico Militar no contaba; mujeres de incansable lucha que fueron ejemplo y cimiento de capacidad organizativa; mujeres, actoras políticas fundamentales de nuestra historia; mujeres que conmueven; mujeres con memoria, enseñándole a todo un pueblo a no perderla…
La Dictadura Cívico Militar de 1976 y sus métodos violatorios condenaron a la desaparición y muerte a 30.000 compañeros y compañeras. El resto de argentinas y argentinas que no convivieron con la clandestinidad domiciliada en campos de concentración, era condenado por las brutales políticas de ajuste del modelo neoliberal, impuesto por la Junta Militar y Martínez de Hoz.
Todo parecía perfecto para lo dispuesto por el «Proceso de Reorganización Nacional». Sin embargo, mujeres/ madres desesperadas por noticias de sus hijos e hijas, comenzaron a golpear puertas en embajadas, ministerios, iglesias, comisarías y despachos.
Las mujeres con las que la Dictadura Cívico Militar no contaba irrumpieron en la historia argentina en Abril de 1977. Previamente, ya había comenzado su camino. Como todo proceso histórico y movimiento significativo, no se constituyó de la noche a la mañana. Pero en abril del ´77 (a consejo de policías) las Madres comenzaron a circular alrededor del centro de la Plaza. Y, con sus pasos, comenzaron a transformar la historia.
El pañal de sus hijos e hijas en la cabeza (para entonces de tela) les hermanó los pasos, haciendo que la sociedad argentina comenzará, directamente o de reojo, a mirarlas. Con la razonable desesperación de encontrar a sus hijos e hijas y la solidaridad de encontrar a todos y a todas, fueron corriendo el velo de la blindada dictadura.
Han pasado 45 años y 2298 vueltas: cada jueves, a la misma hora, sin renunciar un sólo día. En su lucha permanece su vigencia, en su ejemplo el orgullo de quiénes con capacidad de transformar pueden ver crecer flores, en una tierra de tanta muerte.
Las Madres de Plaza de Mayo han acompañado al pueblo en todas sus hostilidades, siempre del lado de los intereses de los sectores populares: tan reprimidas por la dictadura, como por la «democrática» crisis del 2001. Siempre rechazando las imposiciones del sistema financiero internacional y sus políticas de ajuste. Siempre sosteniendo la vigencia de la solidaridad, como bandera.
Compartimos con todos y todas la historia de las Madres de Plaza de Mayo, desde e las palabras de la mismísima Hebe., considerando que el mejor homenaje será no claudicar jamás el reclamo de MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA de las mujeres inesperadas por la dictadura, que hicieron de su militancia una lucha de todo el pueblo argentino.